Populares

El Perro Polar Argentino y su extinción

En el origen del Perro Polar Argentino se encuentran las principales razas árticas de trabajo: Husky Siberiano, Alaskan Malamute, Groenlandés y Spitz Manchuriano, y la formación de su base genética y la estabilización de su estándar insumieron a los militares 31 años de trabajo.

Capacitados especialmente para la marcha o «mushing» con trineos, esos perros se deslizaban con facilidad sobre superficies nevadas o heladas indistintamente. Con la identificación de Argentina como país bicontinental comenzó en la década de 1950 la exploración y conquista de la Antártida y el consiguiente deseo de llegar al Polo Sur con la bandera celeste y blanca. El general Hernán Pujato trajo los primeros perros de trineo desde Alaska y Groenlandia comenzando así los cruzamientos.

La necesidad de desplazarse rápidamente, a bajo costo y con seguridad, motivó a un equipo de más de treinta suboficiales enfermeros veterinarios argentinos del Ejército, comandados por Héctor Martín y Félix Daza Rodríguez, a desarrollar una raza canina capaz de arrastrar grandes cargas a través de largas distancias, fácil de criar y mantener y capaz de cumplir funciones operativas similares a las de los transportes mecánicos a orugas.

Su capacidad tractora de trineo duplicaba la de cualquiera de las razas que le dieron origen. Su temperatura normal de trabajo era de -70 °C, y se ha documentado que se encontraban de visita y esperaron tranquilamente en el exterior de la base soviética Vostok el día en que se registró el récord mundial histórico de frío (-89,3 °C).
Eran asimismo capaces de intuir o predecir las tormentas, ayudando a evitar salidas fallidas. Su sentido de la orientación era excelente, incluso durante grandes tormentas. Eran muy confiables en las operaciones de rescate, y capaces de transitar por caminos no consolidados o sobre capas de hielo delgado, incapaces de soportar el peso de los tractores oruga.

El Perro Polar Argentino se extinguió en 1994 como consecuencia de su trasladado al continente americano en cumplimiento de la normativa del Tratado Antártico de Protección del Ambiente (TAPMA).
De hecho, el retiro de los canes del continente antártico equivalió al sacrificio –pues al no poseer anticuerpos para eludir las enfermedades continentales- en una primera tanda de 30 perros trasladados a Tierra del Fuego sobrevivieron sólo dos y sin posibilidad de descendencia, porque ambos eran machos.
El resto de los 26 perros remanentes fueron también trasladados al continente, muriendo muchos y otros se diseminaron en las provincias del sur, perdiéndose de esa manera la posibilidad de conservar las características originales que constituían –aunque no reconocida oficialmente- a esta excepcional raza.

Deja una respuesta